Un depósito de agua es un problema técnico, ¿estrictamente
técnico?
Resuelta la técnica, entendemos el proyecto como un edificio en
un lugar. Este es un problema relacionado con el contexto y la implantación. Un
bosque es un lugar delicado, por muchos árboles que poseamos, siempre son
pocos.
Una construcción de estas características desarrolla un impacto
que es necesario amortiguar, el edificio podría disolverse, mimetizarse, en la
medida de lo posible, entre la masa de árboles, ser un árbol más dentro del
bosque y que los animales y las plantas así lo entiendan.
El edificio proyectado entonces es un acercamiento a la
naturaleza, desde su fragmentación, su multiplicidad, su color y sus texturas.
Pero también desde su capacidad de transformación y cambio, desde su
envejecimiento como parte natural de su vida. Quizás esta podría ser una
construcción que convoca naturalezas, pero que también enseña que es posible
convivir sin sustraer de la belleza natural prácticamente nada; y que la
arquitectura tiene su corazón dispuesto a complementar el medio, a plegarse si
es necesario, esta propuesta se dispone a respetar.
Esta es en definitiva una arquitectura que asume el riesgo de la
convivencia y lo hace propio.
Este proyecto es en definitiva un paisaje.
Asombrados por el impacto visual de un solo depósito, optamos
por una solución que plantea dos depósitos que se fragmentan en sus
recubrimientos para ofrecer una imagen leve y aérea. Los depósitos y sus fustes
ajustados estructuralmente, se recubren de distintas pieles de madera que
ofrecen una imagen dinámica y viva, en movimiento, acompasados con el conjunto
natural. Dichas pieles asumen los hábitats de las distintas especies de aves
que colonizaran la propuesta y asumen también la existencia de un cierto nivel
de vegetación. La propuesta es por tanto una posibilidad de que la naturaleza
continúe haciendo su trabajo de convivencia. Es un foco de biodiversidad.
La apuesta por el empleo de maderas del lugar simboliza el
contexto, pero también declara el compromiso con la sostenibilidad y el
desarrollo de industrias y artesanías propias. Es una propuesta que nos pertenece.
No hay más que comentar de la técnica, conocida y desarrollada
sobradamente, resuelta con pulcritud por los ingenieros, sólo tiene el espíritu
de servirnos no asolando la naturaleza sino complementándola.