07 julio 2016

Concurso Internacional CHATEAU D'EAU, Luxemburgo. 1er Premio


Un depósito de agua es un problema técnico, ¿estrictamente técnico?
Resuelta la técnica, entendemos el proyecto como un edificio en un lugar. Este es un problema relacionado con el contexto y la implantación. Un bosque es un lugar delicado, por muchos árboles que poseamos, siempre son pocos.

Una construcción de estas características desarrolla un impacto que es necesario amortiguar, el edificio podría disolverse, mimetizarse, en la medida de lo posible, entre la masa de árboles, ser un árbol más dentro del bosque y que los animales y las plantas así lo entiendan.

El edificio proyectado entonces es un acercamiento a la naturaleza, desde su fragmentación, su multiplicidad, su color y sus texturas. Pero también desde su capacidad de transformación y cambio, desde su envejecimiento como parte natural de su vida. Quizás esta podría ser una construcción que convoca naturalezas, pero que también enseña que es posible convivir sin sustraer de la belleza natural prácticamente nada; y que la arquitectura tiene su corazón dispuesto a complementar el medio, a plegarse si es necesario, esta propuesta se dispone a respetar.

Esta es en definitiva una arquitectura que asume el riesgo de la convivencia y lo hace propio.
Este proyecto es en definitiva un paisaje.

Asombrados por el impacto visual de un solo depósito, optamos por una solución que plantea dos depósitos que se fragmentan en sus recubrimientos para ofrecer una imagen leve y aérea. Los depósitos y sus fustes ajustados estructuralmente, se recubren de distintas pieles de madera que ofrecen una imagen dinámica y viva, en movimiento, acompasados con el conjunto natural. Dichas pieles asumen los hábitats de las distintas especies de aves que colonizaran la propuesta y asumen también la existencia de un cierto nivel de vegetación. La propuesta es por tanto una posibilidad de que la naturaleza continúe haciendo su trabajo de convivencia. Es un foco de biodiversidad.

La apuesta por el empleo de maderas del lugar simboliza el contexto, pero también declara el compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de industrias y artesanías propias. Es una propuesta que nos pertenece.

No hay más que comentar de la técnica, conocida y desarrollada sobradamente, resuelta con pulcritud por los ingenieros, sólo tiene el espíritu de servirnos no asolando la naturaleza sino complementándola.